Título: Lesath II. El trono vacío.
Autor/a: Tiffany Calligaris.
Editorial: Planeta
"No me agradaba la idea de dejar a Lesath sin su reina, tenía miedo de que el Concilio se diera a conocer y tomara Lesath por la fuerza. Debía correr el riesgo, Lysha me había ayudado y si la dejaba aquí, pagaría con su vida por ello. Además ya era hora de que Lesath supiera la verdad" .
El camino de regreso a Saiph resultó más largo de lo esperado. Tras dos días de marcha, una misteriosa figura emerge de la oscuridad del paisaje. El grupo lo enfrenta con valentía, pero para proteger a sus amigos Adhara accede a ser llevada prisionera al castillo de Izar. Allí encontrará a una aliada inesperada, la reina Lysha, que le pedirá huir con ella. Adhara deberá actuar rápido, ya que el Concilio de los Oscuros no tardará en atacar de nuevo. Encontrar el Corazón del Dragón antes que ellos es la única alternativa.
Después de
haber terminado de leer la primera entrega de esta trilogía no pude evitar
agarrar la continuación. Quería saber como todo seguía... ¿encontraron el
corazón del dragón? ¿Qué pasa con Zul? ¿Cómo continúa esta aventura?
Puedo decir
que este libro continúa donde el otro terminó: Adhara, Aiden y Zul continúan en
la búsqueda del corazón del dragón, pero ahora saben que no son los únicos y
que quizá el peligro era mayor a como creían.
Sigo
diciendo que me gusta mucho la manera de escribir de Tiffany, siempre constante
y no se va por las ramas en explicaciones. Tiene la capacidad de mantener este
mundo desconocido bien descripto para que nos sintamos parte de él, pero no
aburre al hacerlo. En esta entrega encontramos muchas más escenas de peleas y de
magia, y Tifanny sabe relatarlas muy bien.
Nuestros
personajes cambian, están más maduros, seguros de ellos y del otro. Ya no
tenemos ese miedo constante de parte de Adhara, ella sabe la fuerza que posee y
confía en Zul y en Aiden. Sabe que no está sola. También esto es para ellos,
Zul va a comprender que es un mago más poderoso de lo que cree, y Aiden sabrá
dejar de lado su pasado y concentrarse en su presente. Pero lo que más me gustó
de ellos es la relación que logran tener. Son amigos, y saben que se necesitan
entre ellos para seguir este camino. Aiden ama a Adhara y la cuida con su vida,
pero también sabe la fortaleza que ella posee y respeta eso. Zul... oh mi pobre
Zul. Sufre tanto, pero puede soltarse y ser de lo más gracioso y tierno cuando
está con ellos. Si tengo que resaltar algo, es la relación de Zul y Adhara. La amé.
En El trono vacío cobran importancia otros
personajes que ya aparecieron: Sorcha, Seith y la reina Lysha. Cada uno posee
su historia, y lo vamos a ir descubriendo poco a poco en cuanto el libro
avanza. Solo les digo que no se olviden de ellos. Los malos quizá no son tan
malos, o puede ser que sí. Algunos provocarán odio, otros lastimarán, pero
todos causan algo en nosotros. Y eso creo que es lo más lindo que un libro
puede hacer.
La
narración sigue siendo en primera persona, pero también logramos saber como se
sienten o que les pasa a los otros personajes. Algo a favor de la autora: logró
describir mejor los sentimientos que en la entrega anterior. Se nota el cambio,
y es favorable.
En fin, me
gustó más este libro que Memorias de un
engaño. Más acción y magia, pero sin dejar de lado las relaciones amorosas.
Los personajes dejan de ser tan básicos y se sabe más de cada uno, como también
se desarrolla más su carácter. La narración: el gran punto a favor.
Si leíste el anterior y te quedaste con ganas
de más, ¿qué esperás? Si, por otro lado, lo leíste y no sabías si seguir: dale,
que vale la pena. Como siempre digo: agarren una bebida a elección, vayan al
sillón más comodo, y formen parte de Lesath.
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